La producción global de fibras textiles se ha duplicado en los últimos 20 años, alcanzando un máximo histórico de 111 millones de toneladas en 2019 y manteniendo previsiones de crecimiento para 2030. Este aumento, unido al modelo de consumo actual, conlleva la generación de grandes cantidades de residuo.
La tasa de reciclaje del residuo textil es, sin embargo, muy baja. Apenas un 13% se recicla de alguna forma después de su uso. La mayoría se transforma en otros objetos de menor valor como trapos, material aislante o de relleno y menos de un 1% se recicla para producir nueva fibra.
Esto se debe, principalmente a que los residuos textiles no se separan del resto de fracciones de residuos. Más del 85% de los productos textiles desechados por los consumidores acaba en vertederos o incinerado.
A pesar de que actualmente existan contendores en las vías públicas para residuos textiles, colocados por entidades sociales o empresas de recuperación y valorización, la realidad es que cada municipio gestiona a criterio propio esta recogida.
Directiva Europea EU 2018/851
Por lo anteriormente mencionado, cobra especial importancia la nueva Directiva Europea ((EU) 2018/851) por la que se modifica la Directiva 2008/98/CE sobre los residuos.
Esta nueva Directiva obliga a los Estados Miembros a empezar la recogida selectiva de residuos textiles antes del 1 de enero de 2025, y al establecimiento de unos objetivos relativos a la preparación para la reutilización y al reciclado de estos residuos. Esto supondrá un impacto para toda la cadena de valor textil pues será necesario que las empresas empiecen a diseñar y preparar sus productos para contener material reciclado y para permitir su reciclaje.
Estas medidas entrarán en vigor en España, a través de la nueva Ley de Residuos cuyo anteproyecto se está tramitando actualmente. En esta Ley se prevé el establecimiento de un régimen de responsabilidad ampliada del productor para el sector textil. Además, quedará prohibida la destrucción de excedentes textiles no vendidos.
Aunque la directiva europea no marca objetivos, la nueva Ley de Residuos de España, establece que en 2025 al menos el 55% de los residuos domésticos, entre los que figura el textil, sean preparados para la reutilización o sean destinados a reciclaje. Este porcentaje deberá ser del 60% en 2030 y del 65% en 2035.
En la Directiva, sí se indica específicamente que se fomentará la reutilización de los productos y la implantación de sistemas que promuevan actividades de reparación y reutilización, en particular respecto a los textiles.
Retos para el sector textil
El sector debe hacer frente a importantes retos y barreras para asegurar el reciclaje del residuo textil. Uno de los más relevantes es la revalorización de mezclas de fibras de una forma económica y ambientalmente sostenible. Otra parte fundamental son procesos de separación y clasificación que generalmente se realizan de forma manual, suponiendo un coste y cuello de botella para el reciclado.
Algunas claves para permitir la reparación, reutilización, y reciclaje textil serían el diseño de productos mono-material o, en su caso, de productos permitan el desmontaje y separación por componentes para su reciclado. Esta metodología de incorporar criterios ambientales desde el diseño inicial del producto se conoce como Ecodiseño.